conversan con su propio lenguaje

nuevos mundos

Dice Kandinsky (Rusia, 1866-1944) que "el pintar es un choque atronador de mundos diferentes destinados a crear en mutua lucha -y como resultado de ella- el mundo nuevo. Técnicamente, toda obra surge tal como surgió el cosmos: a través de catástrofes que del caótico mugir de los instrumentos terminan por hacer una sinfonía, que recibe el nombre de música de las esferas. Crear una obra es crear un mundo."
Asumo que las fotografías también son sinfonías visuales surgidas de un choque de mundos.

la propiedad compartida

las fotos publicadas en este blog, salvo indicación, fueron ideadas, realizadas y retocadas digitalmente por MagaPaula (mgP). pueden ser usadas, reproducidas y compartidas siempre que se citen autora y fuente. magapaula@gmail.com

los colores danzan

¡Oh, día levántate! ...

Los átomos danzan, las almas arrebatadas de éxtasis, danzan

la bóveda celeste, a causa de ese ser, danza.

Te diré al oído a donde conduce su danza:

Todos los átomos que hay en el aire y en el desierto

-­compréndelo bien

­ están enamorados como nosotros y cada uno de ellos,

feliz o desdichado, se encuentra deslumbrado por el sol del alma incondicionada

Te lo dirás tú mismo al oído, ni yo ni ningún otro podría decírtelo

oh, tú que eres yo mismo.

Cuando te duermes sueles ir de la presencia de ti mismo a la presencia de ti mismo;

y escuchar lo que te llega de ti mismo

y creer que te fue soplado todo secretamente en sueños.

Yalal-Ad-Din Ar-Rumi

historia de no-amor


el nuevo reino

Hoy vivimos en un reino completamente
nuevo,
Y la mezcla de circunstancias envuelve
nuestros cuerpos,
Baña nuestros cuerpos,
En un halo de júbilo.
Lo que los hombres de antaño presintieron
a veces a través
de la música,
Nosotros lo llevamos a la práctica cada día.
Lo que para ellos pertenecía al campo de lo
inaccesible y de
lo absoluto,
Nosotros lo consideramos algo sencillo y
conocido.
Sin embargo, no despreciamos a esos
hombres;
Sabemos lo que debemos a sus sueños,
Sabemos que no seríamos nada sin la
mezcla de dolor
y alegría que fue su historia,
Sabemos que llevaban nuestra imagen
dentro cuando
atravesaban el odio y el miedo, cuando
chocaban en la oscuridad,
Cuando escribían, poco a poco, su historia.
Sabemos que no habrían sido, que ni
siquiera podrían
haber sido, sin guardar en el fondo de su
corazón esa esperanza,
Ni siquiera podrían haber existido sin su
sueño.
Ahora que vivimos en la luz,
Ahora que vivimos en las cercanías
inmediatas de la luz,
Y que la luz baña nuestros cuerpos,
Envuelve nuestros cuerpos,
En un halo de júblio,
Ahora que nos hemos establecido en las
cercanías inmediatas
Del río,
En tardes inagotables

Ahora que la luz en torno a nuestros
cuerpos se ha vuelto
palpable,
Ahora que hemos llegado a nuestro destino
Y que hemos dejado atrás el universo de la
separación,
El universo mental de la separación,
Para bañarnos en la alegría inmóvil y
fecunda
De una nueva ley,
Hoy,
Por primera vez,
Podemos contar el final del antiguo reino.


MICHEL HOUELLEBECQ
Las partículas elementales





¡y que vivan los muertos!



el infierno tan temido

(...) El Gran Kan estaba hojeando ya en su atlas los mapas de las ciudades que amenazan en las pesadillas y en las maldiciones: Enoch, Babilonia, Yahoo, Butua, Brave New World.
Dice:
--Todo es inútil si el último fondeadero no puede ser sino la entrada infernal, y allí en el fondo es donde, en una espiral cada vez más estrecha, nos sorbe la corriente.
Y Polo:
--El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.

LAS CIUDADES INVISIBLES, Italo Calvino

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